jueves, 28 de noviembre de 2013

COOPERATIVA SEXUAL


Acabo de llegar a la hermosa y especiada Mombasa. En el porche de la casa, sobre el océano Indico, desayuno zumo de mango con un chorrito de vodka, que en estos climas ardientes sabe divinamente. El café keniata es excelente y enciendo el primer puro extasiado, dando gracias a Dios por haber sobrevivido al viaje y al laberíntico aeropuerto de Dubai (to buy or not to buy). Es el momento de leer la prensa local, que es bastante buena, lo que era el Herald Trinune y hoy es el International New York Times (lo mejor son las viñetas del Wizard of Iz) y, como aquí el internet funciona mejor que en Ibiza, leo en El Mundo de Baleares a ese gallego con más conchas que un galápago que se llama Ricardo Fernández.

Informa Ricardo que en Ibiza las prostitutas pueden ganar 4000 euros al mes. (Yo le diría que algunas mucho más por noche, pero seguro que él también lo sabe.) Entrevista a la valiente portavoz de la Sociedad Cooperativa de los Servicios del Sexo, que tiene más razón que un santo en lo que exige: Quieren cotizar a la Seguridad Social y tener una situación laboral reglada.

Durante el verano ibicenco el paseo que va desde Lío a Pachá pasando por Cipriani es como el malecón de La Habana, pero con tacones de Jimmy Choo y tarifas moscovitas. La prostitución es una realidad social y válvula de escape psicológica ante la que existe mucha hipocresía e histérico puritanismo, cuando por lo que hay que luchar realmente es por eliminar la trata, en manos de unas mafias inmisericordes que secuestran, esclavizan y drogan a mujeres de todo el mundo.    

En la católica Austria se encuentran algunos de los mejores burdeles del mundo. Y se aceptan con gran naturalidad. Cierto es que jamás he comentado las actividades de las hetairas con un ama de casa, aunque sé de unas indómitas mujeres de aguerridos cazadores que cerraron un lupanar en el centro de su pequeño pueblo. Pero es que ese era un caso extremo, y en el largo invierno alpino las mujeres no quieren compartir a su marido con ninguna otra.

Hace un par de días, en Salzburgo, mientras tomaba una copa en el Carpe Diem –el bar del Goldener Hirsch es precioso, pero delirantemente no permiten fumar y por eso está vacío, con la excepción de algún bebedor de té—, un amigo me confesó que, además de cliente habitual, era probador de las fulanas de una gran madame. Como en Holanda y Alemania, las prostitutas tienen seguridad social y pasan exámenes médicos. ¿Por qué no en España?

domingo, 24 de noviembre de 2013

MUSICA EN LA CARRETERA


Vislumbro Stephanplatz y su maravillosa catedral, en cuyo interior encendí antes algunas velas por aquell@s cuyos nombres no quiero revelar. Me encuentro en Do&Co Hotel, fumando en el bar, admirando cómo un viejo amigo ibicenco, el conde Albi Clary, acoge a los políticos más relevantes, deportistas de élite, estrellas de rock y hace malabarismos con la aristocracia austriaca y los periodistas que disfrutan sus copas. Qué magnífico Melting Pot.

La gente se mezcla y charla animadamente antes de subir a almorzar (aunque comen a horas intempestivas para un español, está claro que no han venido precisamente a jugar al tenis) y disfruta del ambiente cosmopolita de un bar epicúreo y tolerante.

Viniendo de Ibiza, el tiempo vienés es sorprendentemente bueno. No podré quedarme demasiado tiempo, pues tengo una agenda viajera trepidante. Mañana mismo salgo para Salzburgo, no me puedo resistir, porque en noviembre está maravillosamente libre de turistas, los restaurantes chinos están cerrados y las chiquitas son tan guapas como en Viena.

 Y luego me aguarda África, ese continente al que Bush II denominaba un gran país. Me perderé el tradicional concierto de Año Nuevo, que será dirigido por el maestro Daniel Baremboim. Pienso en tales fechas porque al pie de la catedral ya hay un árbol de Navidad y el sentimiento adelantado de los austriacos es contagioso.

Hubiera sido agradable hacer parada y fonda en Libia, pues está en ruta, pero David Cameron y su amigo Sarkozy fueron los últimos visitantes extranjeros del país. ¡Qué día tan glorioso para Francia e Inglaterra cuando dieron la libertad a los libios! Después de que parte de la media acusara a Gadafi—poco antes conocido como el mejor amigo de occidente—de disparar a su propio pueblo, el aspirante a Churchill y el petit Napoleón que está en el bolsillo superior de todos los franceses, con la ayuda de la pacifista ministra Chacón, decidieron intervenir militarmente para instalar otro gobierno.

Pero, ¿dónde están tan galantes paladines ahora que Libia sufre una guerra civil? Se necesitarán décadas para restablecer la normalidad y, mientras tanto, la gente muere en masa y la formidable herencia arqueológica de un país riquísimo se destruye. No todo es petróleo.

Confiemos que Israel no quiera invadir en solitario Persia, porque perturbaría mucho mis viajes. Si tal horror sucede no tendría más remedio que regresar volando a Viena y asistir al concierto. Como sea, la música y el valiente Baremboim pedirán paz y armonía para este mundo loco.

jueves, 21 de noviembre de 2013

FUENTE DE JUVENTUD

Siento asombro al ojear una revista que pretende versar sobre el lujo (ni lo rozan) cuando veo una fotografía de Salvador Dalí. El genio—debidamente nombrado— está charlando con otro gran escritor, Josep Pla, que sonríe astutamente ante alguna boutade de su amigo de Figueras, pero en la revista ni siquiera mencionan su nombre.
En la antigua España el sol achicharra la memoria despeñándonos en el yoga ibérico que es la siesta y tal vez por eso hay tanto periodista sin cultura y tanto ignorante con ínfulas como Artur-el-Mas-hortera-todavía, que seguro que lee la revista de lujo con fruición. Tanto Dalí como Pla despreciaban a esta nueva clase de patanes que quieren volver amarga la dulce Cataluña.

Por eso alegra que los príncipes de Asturias celebren los quinientos años del desembarco de Ponce de León en la Florida, que evoquen las caminatas chamánicas de Alvar Núñez Cabeza de Vaca y el terrible sino de Pánfilo de Narváez. Naufragios y comentarios sobre una gesta formidable, cruel y sensual, en busca de la fuente de la eterna juventud, que si Cervantes escribió la historia del caballero de la triste figura no fue por burlarse de ciertas novelas, sino para retratar un siglo XVI rezumante de soñadores y locos de espíritu indomable.

Es curioso que para ayudarnos a recobrar la memoria hayan brotado los hispanistas, una panda de eruditos mayoritariamente anglosajones, absolutamente hechizados por las colosales hazañas de un pueblo que no da importancia a su historia. ¡Qué no hubiera hecho Inglaterra, y qué decir de Francia, si hubieran realizado la gesta española en el Nuevo Mundo! Pero en nuestras escuelas apenas se les menciona y los monumentos y esculturas son inexistentes.

Divago de tal manera en el bar del Do&Co, en Viena, mientras bebo una jarra de Bloody Mary doble de todo menos de zumo de tomate y fumo un Ramón Allones que contagia magia cubana a la catedral de San Esteban. Hay que venir a Viena, aunque solo sea por el placer de poder fumar en el bar, que también es fuente de juventud. Aquí hay tolerancia casi otomana y aquí desembocó gran parte del río de oro de las Américas. Me lo recuerda un bebedor sefardita, curioso por mi escritura matutina, con el que trabo conversación. Echamos a los judíos de España en el momento que más necesitábamos a los banqueros. La consecuencia fue que grandes riquezas vinieron directamente al norte. 
Pero el mayor tesoro, y ese permanece vibrante, ha sido el mestizaje.

 

martes, 19 de noviembre de 2013


LADRONAS DE CAMAS 

 
Me han robado la cama. Literalmente. Una cama con historia que ha salido volando por el capricho venéreo de una dama celosa y despechada cuya venganza ante la gloriosa libertad del zángano hedonista es atroz.

A mi tío Amaro le pasó lo mismo en una casa en cala Carbó, con espléndidas vistas al Vedrá; su dormitorio de 300 m2 decorado con reminiscencias de las mil y una noches era un fastuoso picadero donde trotaron las mejores hembras del Mare Nostrum.

Hasta que una noche, aprovechando la calma que precede a las tormentas emocionales, unas bandidas forzaron la entrada y no se llevaron los dineros, ni la vajilla de oro con el escudo de Lavern, ni los incunables de la librería, ni siquiera alguno de los luminosos cuadros de Anglada Camarasa o Mercedes Gómez-Pablos…, ¡no, nada de eso! Solamente  se llevaron el mitológico catre de mi tío Amaro, el cual, como buen fetichista, se llevó un soberano disgusto teñido de jacarandoso orgullo.

Quién sabe qué misteriosos aquelarres u orgías realizarían en semejante cama esas misteriosas bandidas que entraron a la luz de la luna menguante, cuando los engaños y las burlas son más propicias y el maullido de las gatas se escucha con mayor insistencia.

Porque no debemos olvidar, en estos tiempos dominados por los burrócratas cagaprisas y bolas tristes sin imaginación, que los placeres de la cama se entretienen a sí mismos como las volutas de humo sagrado de un habano encendido. No debe existir nada más fuera de ella, es el omphalos universal, el ombligo del mundo, y teléfonos y televisiones deben estar desterrados de su alcance son pena de ser malditamente congelados en el éxtasis amoroso.

 La cama es un altar elevado a Venus donde nos fundimos con las fuerzas primigenias del cosmos. Los amores tántricos de la India que los talibanes monoteístas quieren prohibir son una expresión del poder de la cama-kama, nombre hindú de una de las divinidades del amor. Puede ser una gozada ser politeísta y adorar a los diferentes dioses de nuestro estado de ánimo. Los griegos y los hindúes estaban más cerca por la cama que por las filosofías.

El poeta enamorado de las sirenas, Gerard de Nerval, sí sabía del poder de la cama. Estuvo incluso buscando aquella en que la mítica reina de Saba disfrutaba de los gozos prohibidos junto al misterioso Adoniram.

Florence Delay describe su dulce tormento en su espléndido libro Llamado Nerval: “Un poeta muy conocido en la Bohemia de entonces, por sus amores gatunos y de Opera Cómica, superando con la imaginación todas las fases intermedias, vio su deseo cumplido y se puso a buscar por todas las almonedas una cama magnífica y digna de aquellos amores imaginarios. Encontró una de época renacentista, con…la salamandra de Francisco I, que hizo restaurar con gran dispendio y colocar sobre un estrado. Esa cama, en madera de roble, era donde dormía Marguerite de Valois, en 1519, en el castillo de Tours”.

Balzac también comenta en La Comedia Humana la delirante anécdota: “Me hablaron de un poeta que, habiéndose vuelto casi loco de amor por una corista, adquirió, en los inicios de su pasión, la cama más hermosa de París, sin saber el desenlace que la actriz reservaba a su pasión”.

Personalmente estoy seguro de que Nerval consiguió su objetivo de fundirse en el amor. La reina de Saba se reencarnó en una opera de Meyerbeer en cuyo libreto trabajaba el poeta: Mon front est rouge encore du baiser de la reine.

La cama es la mejor máquina del tiempo porque lo burla placenteramente. 

 

 

viernes, 15 de noviembre de 2013

INVITACION TERCERMUNDISTA

A menudo es algo magnífico pasar el tiempo con personajes de diferente pelaje y ralea, discutiendo sobre filosofía, arte, política, negocios y sexo.
Recientemente tuve el placer de sentarme a una mesa cosmopolita –como es normal en Ibiza— donde se contaban las bromas habituales, con las risas de unos y el sonrojo de otras, llegando al final a las mismas conclusiones.

Destacaba un comensal especialmente lúcido y bastante más moreno que yo tras el largo y tórrido verano, que fumaba un puro gigantesco mientras bebía vodka-martini. Tras escuchar pacientemente las críticas que hacíamos sobre el horroroso campamento de Bruselas, por fin dijo: “Lo siento mucho por los que tenéis que vivir en el Primer Mundo. Con todas las restricciones a la libertad individual, la UE se va pareciendo a un campo de concentración no apto para gente inteligente. ¡Estáis tirando vuestra civilización por el retrete centralista-socialista! Nosotros, en el Tercer Mundo, también somos respetuosos de la Ley, pero no aceptamos ser mandados por funcionarios sin educación que pretenden dictar qué tipo de papel higiénico hay que usar los domingos o prohibir los porrones de aceite. También tenemos leyes contra el tabaco, pero por una razón más allá de la salud pública: Sólo se imponen en lugares donde la policía está malpagada y así, gracias a la multa que funciona a modo de soborno temporal, tienen una oportunidad de aumentar su salario, y todos están contentos”.

Después, nuestro amigo tercermundista nos invitó a su casa siempre soleada, viajando a bordo de su avión personal. Con una condición: en su avión sólo se tolera a fumadores.

La mayoría hemos aceptado su amable invitación. Al fin podremos comer las frutas que no pueden entrar en Europa por las restricciones uniformes del campamento UE. Nuestro anfitrión alegaba que, tras observar las parejas—sean del mismo o diferente sexo—de los funcionarios durmientes de Bruselas, no tiene sentido que prohíban entrar las rectas bananas.
Como ha sido publicado, de acuerdo con los datos de los proveedores, nuestros no elegidos democráticamente representantes de Bruselas tampoco son capaces siquiera de hacer beneficio en sus comedores gubernamentales: Este año los restaurantes de los burrócratas europeos, pagados con nuestros impuestos, han sufrido “sólo” una pérdida de cuatro millones de euros.

Si consideramos que la corte europea de auditores ha reportado que el 4´8 % del presupuesto europeo (138´6 billones) se malgastado en 2012. ¿Qué errores nos deparará el futuro? ¿Podemos confiar en una gente que ni siquiera saber cómo llevar la cocina? 

lunes, 4 de noviembre de 2013


CUESTIÓN DE HUEVOS

En Baleares los payeses se han dado cuenta de que si venden sus productos de toda la vida con la etiqueta bio pueden doblar los precios. Hay unos mercados rústicos donde se venden los productos de sa nostra terra con gran éxito. Hay granjas de gallinas que ya no dan abasto y los huevos de la Antonia, que son los de toda la vida, se han puesto por las nubes gracias a las pegatinas ecológicas de rigor. (Incluso conozco un burdel donde ofrecen al cliente un huevo payés para que, a su vuelta a casa, pueda seguir eyaculando maritalmente. Hay que sorberlo crudo, tal vez con una pizca de tabasco. Es un truco caribeño muy efectivo)
En el llamado Primer Mundo existe un boom por los productos ecológicos, biológicos, eco-greens, etcétera. Se pagan a más del doble que los productos normales y suponen un mercado en expansión en medio de la crisis. Es cierto que gran parte de la clientela eco acostumbra a ser algo anémica. Pero ello es por su naturaleza abstemia y anhelos levíticos a lo Buda, quien era mucho más inteligente y tenía una panza feliz.

También hay mucho camelo. En Alemania saltó el escándalo porque muchos de los huevos que se vendían como eco, donde se publicitaba que sus gallinas vivían al aire libre y picoteaban cosas sanas al ritmo de la cabalgata de las valquirias, han resultado un fraude formidable, a medias entre la carne de caballo en hamburguesas y los pepinos venenosos.

Es natural el recelo social ante la codicia de las empresas alimentarias. La carne picada que se compra ya empaquetada resulta un atentado proteínico, el pan industrial sabe a plástico, los transgénicos campan a sus anchas y sus efectos son tan amenazantes sobre nuestro ADN como los cristales del MDMA para el cerebro del clubber.
Para defenderse de tales desmanes están el gusto y la magnífica dieta mediterránea. El comer según las estaciones y el lugar. En Galicia comer percebes y en las Pitiusas, la cigala ibicenca. Sucede que en la era de la globalización de la hamburguesa, la peña se ha olvidado del saber comer. Proliferan los restaurantes de fusión con mezclas inarmónicas que asaltan el bolsillo engañando al paladar. El consumo de vino ha decaído mientras que la cocacola se dispara. La sobremesa ha sido condenada por esta era de las prisas, y el tabaco, suprema comunión panteística que aúna placenteramente los cuatro elementos, es perseguido con saña inquisitorial.
Por eso va bien volver la vista a los productos payeses de nuestros vecinos en lugar de caer en las trampas de las multinacionales. Lo que pasa es que los muy fenicios han doblado los precios.